jueves, 29 de marzo de 2018

Despiértate


Despiértate, alma mía.
No sé dónde estás,
dónde te has escondido,
pero te lo pido, despiértate,
aún estamos juntos,
aún tenemos un camino por delante,
nuestra estrella será
el claro velo del alba.

Zagajewski

miércoles, 28 de marzo de 2018

Regresas




La luz que envuelve hoy tu casa,

mientras a ella regresas,
es la misma que un día te borró
en la dicha pasajera de saberte amado.
Tanto es así que no eres tú
el que ahora en soledad camina,
sino aquel que nunca acabó de llegar
extraviado en el único paisaje
de la memoria encendida de otro ser.
Por eso un momento te detienes 
para, separado del mundo, 
escuchar de nuevo la voz
de quien ya no existe,
pero que ahora te otorga
el don inmortal
de volver a nacer dentro de su olvido.


Javier Lostalé
Mi casa

martes, 27 de marzo de 2018

Aunque...



Aunque yo lo olvide todo
que mi palabra no olvide
pelear por su utilidad:
como cuando mi madre
poco antes de morir
agarró mi brazo
y me dijo al oído:
“de una casa sin alegría
hay que salir corriendo.”
No sé si recordaba que yo era su hija.
No sé si sabía su propio nombre.
Por eso sus palabras
eran la Palabra de Dios.
Ana Pérez Cañamares
Charnine

domingo, 25 de marzo de 2018

Nube de paso



Se abría paso entre los cuartos

con la dulce inconsistencia de los sueños,

con la dura contundencia del escoplo 
que atraviesa los muros de la cárcel.

Se abría camino entre las venas,

mirad cómo se daba, se vencía,

y a su paso todo era mejor,
como tocado por la gracia leve
que anida en los huesos de los pájaros.

Nube gris de la memoria, hecha de olvido,

tuvimos que sacarla de la casa 

a empellones, a recuerdos.
Y cuando se fue, el mundo regresó

a su vieja costumbre de pesarlo todo.


Alfonso Brezmes

martes, 13 de marzo de 2018

Tampoco una elegía



He vuelto a ver tu mesa, tu silla, tus papeles. 
He vuelto a ver el plato de loza en que comías. 
He tocado despacio tus libros favoritos
 y he cogido tu pluma,
 y he dormido en tu cama, de tu lado,
 poniéndome tu ropa, 
usando tu cepillo. 
Pero no importa,                           
irremediablemente, 
voy a perder tu olor, que tanto quise. 
Voy a perder tu voz y tu recuerdo
 y voy a maldecirme muchas veces 
por no haberme fijado en tantas cosas
 y por no haber estado más atento  pensando, 
como todos, que era eterno cuanto yo amaba.               

 Sergio Alvárez

jueves, 8 de marzo de 2018

La camarada


Claro que sos mi camarada
porque sos más, sos siempre más.
Hay la ruta en común, el horizonte
dibujado con lápiz de esperanza,
hay la amargura del fracaso
a la hora en que los hornos no se encienden
y hay que palear de nuevo el carbón del
mañana.
 
Claro que sos mi camarada
porque sos la que dice no, te equivocaste,
o dice sí, está bien, vayamos.
Y porque en vos se siente que esa palabra es una
lenta, feliz, necesaria palabra:
hay cama en camarada,
y en camarada hay rada,
tu perfume en mis brazos,
tu barca anclada al lado de la mía.
Cortázar
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