martes, 13 de agosto de 2013

Los bares


Las ciudades se han puesto difíciles
últimamente,
son frías
y solitarias,
han perdido calidez;
 
pero aún nos quedan los bares,
 esos sitios oscuros que se encienden
 cuando se apaga todo lo demás,
esos rincones con alma,
con auténtico calor;
quién sabe
si ya el último refugio
desde el que abrir fuego otra vez.

Karmelo Iribarren 
Bar Roma de La menor idea. Buenos Aires

7 comentarios:

Marcelo dijo...

Siempre paso por tu blog, imaginate si veo que el título de la poesía es "Los bares"?
Normalmente voy dos o tres veces en el día a diferentes bares, como mínimo una vez por la mañana, y otra por la tarde o noche. Trato de evitar el café negro por ese motivo, a veces pido uno mitad y mitad (sería una especie de mini café con leche) y otras directamente una lágrima (que sería un cortado al revés)
Puedo estar con poco dinero pero me inquieto si no tengo lo suficiente para ir al café, no importa si hay para otra cosa, pero para el o los cafés debo tener siempre.
Si el café lo amerita, con un ojo leo lo que tenga entre manos y con el otro espío a los parroquianos, a los mozos, a lo que sea que ocurra que además suele ser en cámara lenta...
Luego leo la poesía y es del maravilloso Karmelo.
Karmelo se me empieza a ocurrir como Borges y el tango: no hay tema que no toque o, mejor dicho, no hay tema que me guste y no toque. Recién en ese momento, luego de ver el título, leer la poesía y quedarme pensando en estas cosas que te cuento ahora, reparé en la foto del querido Roma.
Un abrazo y gracias, Beatriz!

Beatrice dijo...

Es que este libro de Karmelo que me regaló Ana, es una caja de sorpresas...en la página que lo abra y según el sentimiento, literalmente me salta el poema.
Este de los bares, me gustó tanto y me acordé de tu poema, lo iba a ilustrar con el otro Café que frecuentas, pero leí la historia del Roma y me gustó.Y se ha escrito harto de él. Me gustan los cafés, también los frecuento. Me he perdido los bares, por eso del género y la época. Me habría gustado ser hombre para no tener esas restricciones. Yo haría lo mismo, leer con un ojo y observar el ambiente. Sabía que aparecerías por acá con ese anzuelo que es el título.

Beatrice dijo...

Karmelo: si pasás por acá, no te enojes, el abuso que hacemos de tu poesía...
¡es pura admiración!

Marcelo dijo...

Te referirás al "Varela Varelita", verdad? Es verdad, no siempre estuvieron disponibles para todos los bares, por ese asunto de género y época. Aquí en ciertos bares había lo que se llamaba "salón familias" un sector específico y algo vallado, para que las familias (rodeo por no decir las mujeres)o fueran molestadas. Algunos aún lo conservan aunque no tengan tanto sentido, y allí hay manteles y detalles que en el sector general (léase hombres solos antaño) no había.

Beatrice dijo...

Si al Varela y al otro café que nombraste, el del nombre raro, no me viene ahora a la mente.
Mira esto:http://www.terocruz.com/2012/05/cafe-bar-roma-by-pseudomona-hay-un.html y esto: http://www.revistaelabasto.com.ar/43_bar_roma.htm

Famoso el Roma, casi me pierdo con otro que hay en la Boca.

Marcelo dijo...

qué hermosa poesía la de pseudomona!

Marcelo dijo...

la revista El Abasto sí la conocía

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