sábado, 19 de enero de 2013

Vita contemplativa






                                         [En el tren hacia Varsovia]

Puede ocurrir en cualquier sitio, 
a veces en el tren,
cuando estoy en tierra de nadie: 
de pronto se abren las puertas 
y entran figuras olvidadas, 
aparece mi pequeño sobrino que ya no vive,
pero ahora está tranquilo, sonriente,
y un poeta chino que amaba
las hojas de los árboles otoñales y la música,
estudiantes de teología de Córdoba, aún imberbes,
surgen de la nada y se enzarzan en una disputa
volviendo a la discusión sobre los atributos de Dios,
y murmura la fantástica vida 
como una cascada en primavera,
hasta que finalmente se extiende 
el insistente tono de un teléfono,
después un segundo tono, un tercero, 
y todo este gran mundo extraño
de repente mengua y desaparece,
 igual que un ratón de campo
que, al sentirse amenazado,
se escurre diestramente en su secreta morada.


Zagajewski
Pintura: J. Kerr

4 comentarios:

Marcelo dijo...

un retrato bello y arruinado

Beatrice dijo...

y ese sonido del teléfono que nos despierta de la ensoñación.

Marcelo dijo...

Nos despierta de todo. De la vida.

ana maría parente dijo...

Aparecen agolpados los personajes ,vivos los muertos y hasta se discute con ellos y sanos los enfermos.

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