miércoles, 30 de junio de 2010

Música

Grave son de alegría, el violonchelo
pasa lento en el alma, y en ella vibra:

murmuremos entonces al cuerpo doble,

a las bocas y manos, a los desmayos,

a las secretas búsquedas que no temen

ni vergüenza, ni dolor, ni la verdad:

esto es amor, un arco de alegría

sobre la cuerda tensa del orgasmo.

Saramago
Pintura: Rein Pol


martes, 29 de junio de 2010

Descubrimiento


Tu corazón es destrozado por el dolor:
empiezas a sentir el corazón
tus ojos de repente dejan de ver:
empiezas a sentir los ojos
tu memoria se hunde en la oscuridad:
empiezas a sentir la memoria
te descubres a ti mismo
negándote a ti mismo
existes
negando la existencia


Ryszard Kapuscinski

Pintura: S. Lombardo

lunes, 28 de junio de 2010

Arrullo


La voz crea el mundo.
Los gestos cotidianos

son de amor cuando tú llegas.
Te arrullo en un idioma

que no conozco.

En un idioma
que tú tampoco entiendes.

Te arrullo.


Eloísa Otero
Pintura: Albert Lynch. Celeste

domingo, 27 de junio de 2010

La belleza


Sentar a la belleza en el regazo
y después dejar que huya

como una mariposa,

como una mariquita,

como pez resbaladizo
entre las manos…


Sentar a beleza no colo
e despois deixar que fuxa
como unha bolboreta,
como unha maruxiña,
como peixe esbaradizo
entre as mans…


Eloisa Otero
Pintura: Jeff Larson

sábado, 26 de junio de 2010

Hortensias


Barro las hojas secas del jardín,
riego el ciclamen,
pongo la planta japonesa al sol

y las hortensias recién brotadas a la lluvia,
debajo
del arco iris...


Eloísa Otero
Pintura: Moser Kolo

viernes, 25 de junio de 2010

El lenguaje del cielo

El cielo habla un lenguaje gris,
y callan la grave voz del vino,

la leve voz del té.

Los espejos se fatigan

de repetir el nombre de las cosas...


Teillier
Pintura: Ricardo Sanz

jueves, 24 de junio de 2010

Mandala


Flowers, dice.
Y se ríe.

El Dalai Lama estudia inglés.

Mira de pronto el agua
que corre.
River
, dice.
Water
.
Y se ríe.

Eloisa Otero
Pintura: Thaulow

miércoles, 23 de junio de 2010

Volver


Hay días en que sueño
con volver
al lugar de mi infancia
y abrazar a mis padres,
a los abuelos,
a tantos que ya se han ido;

regresar en el tiempo...
alivianar el alma.

martes, 22 de junio de 2010

Cierta luz inclinada


Hay cierta luz inclinada
en las tardes de invierno,
que oprime como el peso
de los sonidos de una catedral.

Nos hace una celeste herida
No encontramos la cicatriz:
sólo una diferencia interna
donde se encuentran los sentidos.

Nadie puede enseñarle algo,
porque es el sello, la desesperanza:
una aflicción de realeza
que nos envía el aire.

Cuando viene, el paisaje escucha;
las sombras detienen la respiración;
cuando se aleja, es como la distancia
en la mirada de la muerte.


Emily Dickinson
Pintura: Butirskiy

lunes, 21 de junio de 2010

El primer día del invierno

El primer día del invierno
la tierra despierta
ante su propia caricia helada.

La nieve no tiene
más opción
que caer,
un repentino dejar ir

sobre los arbustos gnomos,
y los árboles vacíos.

La nieve le regresa la belleza
a lo desgastado y mal nutrido,

cae sobre el deseo de muerte
de la naturaleza
y
de manera deliberada
el invierno insiste
en nada menos

que una atención.
En espera toda su vida,
la nieve dice,

déjame cubrirte.


Laura Lush
Pintura: Gustaf Fjaestadt

domingo, 20 de junio de 2010

Interior del paisaje


...Contempla en el jardín las flores de este otoño
las tapias recubiertas de hiedras y jazmines

y el paso misterioso de los pájaros

que vuelan de repente del lugar de una sombra,

o que buscan las ramas y se mecen

en densos y caídos surtidores
de rojas buganvilias.
No salvas nada tú, ni ellos te salvan.
Cae la tarde hoy con tan grande sosiego,

es el tiempo tan íntimo con el canto en su centro
del pájaro que escuchas...


Francisco Brines
Pintura: Henri Le Sidaner

sábado, 19 de junio de 2010

Adiós Saramago


En la isla a veces habitada de lo que somos,
hay noches, mañanas y madrugadas
en que no necesitamos morir.
En ese momento sabemos todo lo que fue y será.
El mundo se nos aparece explicado definitivamente
y entra en nosotros una gran serenidad,
y se dicen las palabras que la significan.
Levantamos un puñado de tierra
y la apretamos en las manos. Con dulzura.
Allí está toda la verdad soportable:
el contorno, la voluntad y los límites.
Podemos en ese momento decir que somos libres,
con la paz y con la sonrisa de quien se reconoce
y viajó alrededor del mundo infatigable,
porque mordió el alma hasta sus huesos.
Liberemos sin apuro la tierra donde ocurren milagros
como el agua, la piedra y la raíz.
Cada uno de nosotros es en este momento la vida.
Que eso nos baste.


Na ilha por vezes habitada do que somos,
há noites, manhãs e madrugadas
em que não precisamos de morrer.
Então sabemos tudo do que foi e será.
O mundo aparece explicado definitivamente
e entra em nós uma grande serenidade,
e dizem-se as palavras que a significam.
Levantamos um punhado de terra
e apertamo-la nas mãos. Com doçura.
Aí se contém toda a verdade suportável:
o contorno, a vontade e os limites.
Podemos então dizer que somos livres,
com a paz e o sorriso de quem se reconhece
e viajou à roda do mundo infatigável,
porque mordeu a alma até aos ossos dela.
Libertemos devagar a terra onde acontecem milagres
como a água, a pedra e a raiz.
Cada um de nós é por enquanto a vida.
Isso nos baste.

Saramago
Pintura: Colin Fraser

viernes, 18 de junio de 2010

Suzanne


...Y te da té, y naranjas
que vienen directamente de China.
Y cuando tratas de decirle
que no tienes amor para ofrecerle,
te coge y te mece en sus brazos...



...and she feeds you tea and oranges
that come all the way from China
and just when you mean to tell her
that you have no love to give her
then she gets you on her wavelength...



Leonard Cohen
Pintura: John Hulse

jueves, 17 de junio de 2010

Abedules


Cuando veo abedules oscilar a derecha
y a izquierda, ante una hilera de árboles más oscuros,
me complace pensar que un muchacho los mece.
Pero no es un muchacho quien los deja curvados,
sino las tempestades. A menudo hemos visto
los árboles cargados de hielo, en claros días
invernales, después de un aguacero.
Cuando sopla la brisa se les oye crujir,
se vuelven irisados cuando se resquebraja
su esmaltada corteza. Pronto el sol les arranca
sus conchas cristalinas, que mezcla con la nieve…
Esas pilas de conchas esparcidas diríase
que son la rota cúpula interior de los cielos.
La carga los doblega hacia los mustios
matorrales cercanos, pero nunca se quiebran,
aunque jamás podrán enderezarse solos:
durante muchos años las ramas de sus troncos
curvadas barrerán con sus hojas el suelo,
igual que arrodilladas doncellas con los sueltos
cabellos hacia atrás y secándose al sol.
Mas cuando la Verdad se me interpuso
en la forma de un hecho como la tempestad,
iba a decir que quizás un muchacho,
yendo a buscar las vacas, inclinaba los árboles…
Un muchacho que por vivir lejos del pueblo
sólo sabe jugar, en invierno o en verano,
a juegos que ha inventado para jugar él solo.
Ha domado los árboles de su padre uno a uno
pasando por encima de ellos tan a menudo
que nada les dejó de su tiesura.
A todos doblegó; no dejó ni uno solo
sin conquistar. Aprendió la manera
de no saltar de un árbol sin haber conseguido
doblarlo contra el suelo. Conservó el equilibrio
hasta llegar arriba, trepando con cuidado,
con la misma destreza que uno emplea al llenar
la copa hasta el borde, y aun arriba del borde.
Entonces, de un envión, disparaba los pies
hacia afuera y saltaba del aire hasta la tierra.

Yo fui también, antaño, un columpiador de árboles;
muy a menudo sueño en que volveré a serlo,
cuando me hallo cansado de mis meditaciones,
y la vida parece un bosque sin caminos
donde, al vagar por él, sentirnos en la cara
ardiente el cosquilleo de rotas telarañas,
y un ojo lagrimea a causa de una brizna,
y quisiera alejarme de la tierra algún tiempo,
para luego volver y empezar otra vez.
Que jamás el destino, comprendiéndome mal,
me otorgue la mitad de lo que anhelo
y me niegue el regreso. Nada hay, para el amor,
como la tierra; ignoro si existe mejor sitio.
Quisiera encaramarme a un abedul, trepar,
por las ramas oscuras del blanquecino tronco
y subir hacia el cielo, hasta que el abedul,
doblándose vencido, me volviese a la tierra.
Subir y regresar sería muy hermoso.
Pues hay cosas peores en la vida que ser
un columpiador de árboles.

Robert Frost
Pintura: Ctanislav Zhukovskiy

miércoles, 16 de junio de 2010

Belleza


La belleza será convulsiva o no será.

A. Breton
Pintura: Cora Ogden

martes, 15 de junio de 2010

La tarde


Las tardes que serán y las que han sido
son una sola, inconcebiblemente.
Son un claro cristal, solo y doliente,
inaccesible al tiempo y a su olvido.

Son los espejos de esa tarde eterna
que en un cielo secreto se atesora.
En aquel cielo están el pez, la aurora,
la balanza, la espada y la cisterna.

Uno y cada arquetipo. Así Plotino
nos enseña en sus libros, que son nueve;
bien puede ser que nuestra vida breve

sea un reflejo fugaz de lo divino.
La tarde elemental ronda la casa.
La de ayer, la de hoy, la que no pasa.

Borges
Pintura: Dennis Bunker

lunes, 14 de junio de 2010

Azul

¡Quiénes gritaron de alegría
cuando nació el color azul?


Neruda, El libro de las preguntas
Pintura: Elena Kishkurno

domingo, 13 de junio de 2010

Si...

Si yo pudiera regresar
y enmendarlo todo...

Pintura: Andrew Talbot

sábado, 12 de junio de 2010

Dime


Dime cuál es
el puente que separa

tu vida de la mía,

en qué hora negra,
en qué ciudad lluviosa,

en qué mundo sin luz
está ese puente

y yo lo cruzaré


Amalia Bautista
Pintura: M. Roberts

viernes, 11 de junio de 2010

Nuestro amor


Nuestro amor es
como Bizancio
tuvo que haber sido
la última noche.
Tuvo que haber habido
,
me imagino,
un resplandor en los rostros
de los que se agolpaban en las calles

o formaban pequeños grupos

en las esquinas de las calles y en las plazas

hablando en voz baja,

un resplandor que tuvo que haberse parecido

al que tiene tu cara

cuando te echas el pelo para atrás
y me miras.

Henrik Nordbrandt
Pintura: Ron di Scenza

jueves, 10 de junio de 2010

Cansancio

No, no es cansancio...
Es una cantidad de desilusión
Que se me entraña en la especie del pensar,
Es un domingo al revés
del sentimiento,
una vacación pasada en el abismo.
No, cansancio no es...
Es que yo esté existiendo
Y también el mundo,
Con todo lo que contiene,
Con todo lo que en él se desdobla
Y que es por fin lo mismo variado en copias iguales...

Pessoa
Pintura: Fernand Khnopff

miércoles, 9 de junio de 2010

Lluvia

La lluvia tiene un vago secreto de ternura,
algo de soñolencia resignada y amable,
una música humilde se despierta con ella
que hace vibrar el alma dormida del paisaje. ..

...La nostalgia terrible de una vida perdida,
el fatal sentimiento de haber nacido tarde,
o la ilusión inquieta de un mañana imposible
con la inquietud cercana del color de la carne...


Lorca
Pintura: Josef Tali

martes, 8 de junio de 2010

Si no fuera por ese árbol


El camino del viento,
la melodía de la lluvia
y el apogeo de los paraguas.
Entonces aparece un árbol,
un tarumá florido,
y por algo calla la piedra,
por algo enmudece el ladrillo.
Si no fuera por ese árbol
verdeando en el viento
con sus flores azules, casi lilas
en la lluvia de octubre;
si no fuera por ese árbol,
y por su ninfa,
que busca la cintura del viento
para ceñirla en un abrazo;
si no fuera por ese árbol,
hoy, esta tarde
me quedaría yo mirando
la ciudad que perdieron mis años.
Un kiosco en ruinas,
cierto zaguán con telarañas,
otro taller mecánico desierto
y unos grises baldíos techados
que fueron cines.


Jacobo Rauskin

Pintura: Levin Dmitri

lunes, 7 de junio de 2010

Barrio reconquistado


Nadie vio la hermosura de las calles

hasta que pavoroso en clamor

se derrumbó el cielo verdoso

en abatimiento de agua y de sombra.

El temporal fue unánime

y aborrecible a las miradas fue el mundo,

pero cuando un arco bendijo

con los colores del perdón la tarde,

y un olor a tierra mojada

alentó los jardines,

nos echamos a caminar por las calles

como por una recuperada heredad,

y en los cristales hubo generosidades de sol

y en las hojas lucientes

dijo su trémula inmortalidad el estío.

Borges

Pintura: Heighton Brent

domingo, 6 de junio de 2010

Peonías de domingo

Quise comprarte peonías,
pero la lluvia ahuyentó a las vendedoras

así que pensé en pintarlas para tí.

En el corazón de la peonía no hay color ,

pero está el recuerdo de un matiz.

No hay olor,
pero sí el recuerdo de un aroma.
Nuestras peonías de domingo.

En el corazón de un beso no hay sabor
pero se hallan todos los suspiros
No hay instantes
pero se condensa la vida entera
En el color de una mirada no hay fondo

pero se encuentran todos los arco iris

No hay respuestas

pero se vislumbran todas las respuestas.
Au
cœur
de la pivoine blanche
ce n'est pas une couleur
mais le souvenir d'une
couleur
ce n'est pas une odeur
mais le souvenir d'une
odeur
Paul Claudel
Pintura: Gordon Patrick

sábado, 5 de junio de 2010

Flores del manzano


La lluvia de luz de las flores del manzano

se solidificó como estaño

y el jardín se aplanó.

Después de los años lentos

llegaron los rápidos.

Abrí un cajón

y me sentí triste.


Henrik Nordbrandt (poeta danés)
Pintura: Annenkov (apple tree blossoms)

viernes, 4 de junio de 2010

Jazmines para Lourdes


"...Jazmín señor del parque
poesía empetalada."

dadle a Lourdes la salud
sólo eso le hace falta.

M. Carrillo
Pintura: Josef Tali

jueves, 3 de junio de 2010

Jacintos

Una luz de jacinto me ilumina la mano...

Lorca
Pintura: Patrick Gordon

miércoles, 2 de junio de 2010

Madre



Te llevo en la frente
como una herida que no cierra,
no siempre duele,
por ella no brota muerto el corazón.
Sólo a veces, de pronto, estoy ciega
y tengo un sabor a sangre en la boca.



(hoy hace un año que te fuiste mamá...)

Gottfried Benn

martes, 1 de junio de 2010

Junio 1968


En la tarde de oro
o en una serenidad cuyo símbolo
podría ser la tarde de oro,
el hombre dispone los libros
en los anaqueles que aguardan
y siente el pergamino, el cuero, la tela
y el agrado que dan
la previsión de un hábito
y el establecimiento de un orden.
Stevenson y el otro escocés, Andrew Lang,
reanudarán aquí, de manera mágica,
la lenta discusión que interrumpieron
los mares y la muerte
y a Reyes no le desagradará ciertamente
la cercanía de Virgilio.
(Ordenar bibliotecas es ejercer,
de un modo silencioso y modesto,
el arte de la crítica.)
El hombre, que está ciego.
sabe que ya no podrá descifrar
los hermosos volúmenes que maneja
y que no le ayudarán a escribir
el libro que lo justificará ante los otros,
pero en la tarde que es acaso de oro
sonríe ante el curioso destino
y siente esa felicidad peculiar
de las viejas cosas queridas.

Borges
Pintura: Heryet Victoria
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