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Gracias, te doy, corazón mío,
por no quejarte, por ir y venir
sin premios, sin halagos,
por diligencia innata.
Tienes setenta merecimientos por minuto.
Cada una de sus sístoles
es como empujar una barca
hacia alta mar
en un viaje alrededor del mundo.
Gracias te doy, corazón mío,
porque una y otra vez
me extraes del todo,
y sigo separada hasta el sueño.
Cuidas de que no me sueñe al vuelo,
hasta el extremo de un vuelo
para el que no se necesitan alas.
Gracias te doy, corazón mío,
por haberme despertado de nuevo,
Y aunque es domingo,
día de descanso,
bajo mis costillas
continúa el movimiento de un día laboral.
por no quejarte, por ir y venir
sin premios, sin halagos,
por diligencia innata.
Tienes setenta merecimientos por minuto.
Cada una de sus sístoles
es como empujar una barca
hacia alta mar
en un viaje alrededor del mundo.
Gracias te doy, corazón mío,
porque una y otra vez
me extraes del todo,
y sigo separada hasta el sueño.
Cuidas de que no me sueñe al vuelo,
hasta el extremo de un vuelo
para el que no se necesitan alas.
Gracias te doy, corazón mío,
por haberme despertado de nuevo,
Y aunque es domingo,
día de descanso,
bajo mis costillas
continúa el movimiento de un día laboral.
Wislawa Szymborska
desde el blog de Antón
Pintura: J. Kolesova
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2 comentarios:
Estaba esperando este poema, es precioso, lástima que no he podido encontrar ningún libro de esta poetisa, lo he dejado encargado,si encuentro alguno te lo haré saber.
Saludos afectuosos querida amiga.
PD: ¿Cómo estuvo la torta de cumpleaños?
Estuvo muy rica Ulysses, gracias.
Me gusta tanto compartir estos poemas y encontrar personas como tú que los aprecian.
Cada vez se cierran más librerías en provincia, que triste es.
Cuéntame si encuentras algo de ella.
Feliz domingo.
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