lunes, 17 de noviembre de 2008

En memoria


Me basta este cuadrado de cielo
para entender que eres infinito.
Sin saberlo, te he dedicado mi vida,
desde aquella sombra
por el bosque de los álamos,
y el ritual del fuego
en la hojarasca.
(Los párpados cerrados presienten a los muertos,
la música los trae
y viven como formas borrosas:
estas palabras van buscando sus rostros).
Eras el temblor de los árboles,
las figuras del humo,
la luz de un gesto.



Esteban Nicotra http://laseleccionesafectivas.blogspot.com/2007/03/esteban-nicotra.html
Pintura: Wine for two. Walter Cox

3 comentarios:

Anónimo dijo...
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Anónimo dijo...
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Anónimo dijo...

Me gusta esa mesa, invitando a sentarte. Contemplar el paisaje ese cálido que la rodea y estar acompañada por el presente y por los recuerdos, a ese árbol le faltan ramas. Este es un pedacito del poema de la amistad me lo hizo recordar la pintura:
"Hablando de cerca, no podemos olvidar a amigos distantes,
aquellos que están en la punta de las ramas
y que cuando el viento sopla siempre aparecen entre una hoja y otra.
El tiempo pasa, el verano se va, el otoño se aproxima y perdemos algunas de nuestras hojas,
algunas nacen en otro verano y otras permanecen por muchas estaciones.
Pero lo que nos deja más felices es que las que cayeron continúan cerca,
alimentando nuestra raíz con alegría.
Son recuerdos de momentos maravillosos de cuando se cruzaron en nuestro camino.
Habrá los que se llevarán mucho,
pero no habrán de los que no nos dejarán nada.
Esta es la mayor responsabilidad de nuestra vida
y la prueba evidente de que dos almas no se encuentran por casualidad.
auroraines

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